¿Se cura la eyaculación precoz?
La eyaculación precoz no se cura, pues no es una enfermedad, es un problema que se resuelve y para ello la indicación es una “Terapia Sexual Breve” de base científica, no hay magia en esto y debe ser tratada por un sexólogo competente y cuidado con esto porque hay muchos que se dicen y no lo son (pseudosexólogos).
¿En que consiste el tratamiento?
Hay tres facetas a trabajar, por un lado el tema de la ansiedad a nivel psicológico; en segundo lugar el reaprendizaje a través de ejercicios que se realizan en la intimidad del hogar y un tercer tema relacionado con el compromiso. Si no se complementan las tres facetas el tratamiento fracasa, de aquí la importancia
de que éste sea efectuado por un sexólogo competente.
¿Hay muchos hombres que la padecen?
Si, un alto porcentaje de los hombres que consultan lo hacen por este motivo.
¿Cómo sé si soy un eyaculador precoz?
El hombre debe poder elegir el momento de la eyaculación (dentro de un límite razonable) y hacerlo a voluntad; cuando el acto se vuelve involuntario, es decir que no puede elegir el momento y le sucede en forma recurrente se está
en presencia de una disfunción sexual, denominada eyaculación precoz.
¿Las causas son de carácter orgánicas más que psicológicas?
No, todo lo contrario, son de carácter psicológico y solo un mínimo porcentaje corresponden a lo orgánico (prostatitis, trastornos erectivos, algunos medicamentos, etc.).
¿Qué es lo que determina que el hombre sea un eyaculador precoz?
La causas son varias: las más importantes están relacionadas con la ansiedad
y con las primeras experiencias coitales; también con el mal aprendizaje, la culpa, el miedo, falta de información sexual, tabúes, religiosidad, otros.
¿Cuáles son las consecuencias de los hombres que no consultan, ya sea por timidez, vergüenza u otras razones?
Las consecuencias suelen ser nefastas: problemas en las relaciones de pareja, insatisfacción, pérdida de la erección, bajo deseo sexual, estado de ánimo negativo, aislamiento, enfermedades psicosomáticas, etc.
¿Cuál es la sugerencia para estos hombres que no se animan
a pedir ayuda profesional?
Atreverse, no postergar, no permitir que el conflicto los domine. Elegir entre dos caminos: Una vidita sexual pobre, o Una vida sexual poderosa y placentera.
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