Sexóloga y Psicóloga de la Universidad de
Buenos Aires
Estudios especializados en clínica
sexológica (C.E.T.I.S.). Dos diplomaturas universitarias en salud sexual
(U.A.I.)
Miembro de la Comisión Científica de FESEA (Federación Sexológica Argentina)
Sexóloga acreditada y miembro de SASH. Coach sexual (I.C.P.).
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4589-5079 / 15-5958-1111 - Lic. Celia Laniado (UBA) - Bs As, Argentina |
¿Usted tiende a Procrastinar?
Esta palabra
de difícil pronunciación e inusual proviene del latín procrastinare
y significa demorar, diferir y postergar situaciones o actividades que serían
convenientes atenderlas, dejándolas para un futuro impreciso.
Es habitual procrastinar, pero existe diferencia cuando es una actitud
frente a un amplio espectro de situaciones o si está restringida a una
determinada área o cuando lo que se posterga es muy negativo para la persona.
Como psicóloga y sexóloga clínica quiero referirme a las personas que
demoran en realizar la consulta sexológica.
No consultan, llevan una pesada carga, una preocupación pero no se
deciden a buscar la forma de resolver o aliviar sus dificultades sexuales.
¿Qué motivos llevan a procrastinar la consulta
sexólogica?
La consulta es
percibida como abrumadora, peligrosa, negativa. La demora es un mecanismo para
controlar la ansiedad.
Están con la autoestima baja, no se sienten capaces de alcanzar la
solución. Ya están jugados.
Se sobrevaloran a sí mismo: -“yo solo voy a poder solucionarlo”.
Niegan la importancia de la dificultad sexual en su vida o en la de su
pareja.
Consideran, sin la
información necesaria, que no van a
poder por los costos
económicos o por el tiempo.
Creen que el tiempo lo va a solucionar.
Piensan que tienen el problema por no haber encontrado la pareja perfecta.
Por miedo irracional a tener éxito: “querré tener sexo todo el tiempo”.
“La libertad que me dará mi buen desempeño me llevará a otra
vida”.
Muchas veces, éste miedo lo tienen
los partenaires quienes no desean cambios como forma de asegurarse la
relación.
Por vergüenza: “de eso no se
habla”, “¿qué va a pensar de mí?”. Le interesa más lo que cree que piensa el
otro, que solucionar su problema.
Por culpa: “no merezco ser feliz”, “no merecen disfrutar”, por hechos del
pasado o porque algún familiar significativo no lo ha sido
o
no lo es.
Por indecisión: “quiero” , “no quiero”. Esto los lleva a pedir turno,
olvidarse, llegar tarde o a no concurrir.
No desean mostrar su insatisfacción sexual porque temen herir a su
compañero.
Estos son motivos muy frecuentes para demorar la consulta y demorar así el
disfrute sin sombras de la sexualidad.
¿Qué tienen que tomar en cuenta los que se deciden
consultar?
Aceptar que existe una
dificultad sexual.
Pueden consultar a
ginecólogos, urólogos o directamente a un sexólogo clínico.
Los sexólogos clínicos
obtuvieron ese título por haber realizado una carrera de postgrado, al cual
accedieron por tener un título
universitario de
médico o de Lic.
en
psicología.
Los médicos sexólogos
pueden medicamentar y realizar terapias sexuales.
Los psicólogos
sexólogos, realizan terapia sexual con una visión psicológica sin medicar.
Ambos profesionales
trabajan en equipo con otros profesionales por si las dificultades que
presenta el consultante requiera de
otros especialistas
.
Siempre tienen que evaluar
si lo que determina el problema sexual es una causa orgánica o psicológica.
La terapia sexual es una
combinación de psicoterapia y tareas sexuales.
Cada disfunción sexual
tiene un programa de tareas para el hogar. Es muy importante la realización y
la observación de la misma,
pues de aquí surge
el aprendizaje y nuevas
experiencias sexuales.
También se indican
tareas no sexuales para que el cambio sexual este acompañado por otras
modificaciones que colaboren en la
estabilidad de los
logros
sexuales.
Las terapias sexuales son
focalizadas y breves.
¿Qué consideran los sexólogos clínicos?
*Pasados
los 6 meses de presentarse una disfunción es conveniente consultar, ya que es
difícil que se solucionen por si misma.
*Las
dificultades crónicas presentan mayor resistencia al cambio.
*Una
disfunción sexual con el tiempo desarrolla otra disfunción, por ejemplo: a una
disfunción erectiva se le agrega una inhibición
del deseo sexual.
*La
medicamentación aporta para la solución de una dificultad, pero lo importante
es aprender como es la respuesta sexual propia
para no depender de las pastillas
y tener conciencia que la relación sexual es muchísimo más que un determinado
aspecto de ella.
Es mi deseo, que el lector sea
consciente que aplazar la consulta es postergar el vivir la sexualidad con
alegría, libertad y seguridad.
Decidir, actuar y comprometerse es
el camino para alcanzar ese logro.
Lic Ana María cirio
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